[022] Facilitar oportunidades: una visión de la educación permanente en #500palabras

jmab2010-2011, General6 Comments

Puede ser que mi aportación al proyecto PurposedES no sea ya necesaria. El alto nivel de los anteriores posts, las opiniones y las voces que están detrás de las reflexiones expuestas hasta ahora, hablan con la seguridad digna de las auténticas eminencias en el oficio de la docencia y, por consiguiente, poseen una autoridad que envidio y que espero obtener algún día. Pero también puede ser que sí pueda añadir una nueva lente a todo este caleidoscopio educativo si hablo del ámbito en el cual trabajo: la educación para personas adultas.

Para muchos, este es el cajón desastre del sistema educativo, olvidado por las instituciones educativas, ahogado por iniciativas privadas e infravalorado por los que creen que es una “educación de segunda”. Lo que mucha gente desconoce es que la educación para las personas adultas ha cambiado mucho y, afortunadamente, se está reivindicando como una plataforma que puede impulsar decisivamente el futuro laboral y académico de los estudiantes que pasan por sus aulas.

Desde mi punto de vista, la escuela de personas adultas facilita una segunda oportunidad, pero también una tercera, una cuarta o una quinta. ¡E incluso una primera oportunidad! ¿Es posible eso? Evidentemente que lo es si se tiene en cuenta que el perfil del alumnado es tan heterogéneo como único a la vez. Las circunstancias vitales y la (mala o difícil) experiencia académica son los argumentos más repetidos por todos los alumnos que deciden retomar sus estudios. El aumento gradual de estudiantes en las aulas de adultos demuestra que nunca es tarde para (re)aprender, hecho que da sentido al concepto lifelong learning, el cual rompe con la tradicional creencia que la educación es un proceso que se vive durante una etapa limitada de nuestras vidas.

Por tanto, no entiendo la educación como quien recuerda la mili (quién la hiciese) o el día de su boda. La educación es un proceso permanente de adquisición y construcción de conocimientos formal e informal. Esto significa que cualquier persona debe tener la oportunidad de subirse de nuevo a un tren que, por un motivo u otro, tuvo que abandonar. Y como docente, mi obligación es guiar el proceso, facilitar metodologías que se aparten de las tradicionales, que sean más vivas, dinámicas, prácticas y reflexivas. Pero, por encima de todo, debo saber cómo motivar a los alumnos, para que así la guía y la facilitación de métodos reales y metacognitivos adquieran un estímulo adecuado para llegar a la siguiente estación.

Así, y desde mi experiencia en la formación permanente, el propósito de la educación es fomentar métodos de aprendizaje motivadores con proyectos reales que permitan el análisis y la reflexión sobre el mundo que nos rodea, con el objetivo de aprovechar y mejorar las herramientas cognitivas y metacognitivas de nuestros alumnos. De esta manera, sabrán valorar la oportunidad que nunca les concedió el sistema educativo para completar su formación. Pero también tomarán consciencia de que su educación aún no ha acabado y que tienen toda una vida para aprender, descubrir y compartir.